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Proyecto: El Derrumbe

Integrantes: Maria Cecilia Rossini, Estanislao Niklison, Federico Cairoli, Felicita Cersofio, Guido Hernandez, Guillermo Pressiani, Jose Castellitti, Leonardo Batie, Mariano Tellechea, Martin Veizaga, Matias Dalla Costa, Nicolás Rodolfo Mantaras, Nicolás Mantaras, Victoria Borgarello

Año de creación: 2016

Lugar: Ciudad de Santa Fe, Argentina.

Contacto: [email protected]

FB:  https://www.facebook.com/kolapsis?locale=es_LA

Descripción, concepto, objetivos

Llamamos Derrumbe al primer experimento de urbanismo táctico que auspiciamos como colectivo de trabajo. Como estrategia, se propuso un ejercicio de ocupación responsable sobre un espacio ocioso de carácter privado. Conseguimos una casa, en un lote urbano que estaba próximo a demolerse, gestionamos los permisos necesarios y durante un par de meses, lo preparamos, lo acondicionamos, para que se comporte como espacio público. Auspiciamos un evento de acceso irrestricto fundado en un espacio de dominio privado, alterando el límite entre las dos esferas entre las que, presuntamente, se desenvuelve la vida humana.
Pensamos que demoler la fachada de esa casa, iba a darle continuidad a la vereda, a la calle. la iba a convertir, en una extensión de espacio público. rompimos el límite para que tácitamente, la casa provocara a cualquiera, a acercarse, a participar, como se participa en la vereda, en la calle, o en la plaza. Esta primera intervención física y a la vez simbólica sería ante todo una operación de inserción en el tejido urbano de un objeto de alteridad, de extrañamiento, la consolidación de un nuevo territorio, de un espacio de género desconocido, entre lo público y lo privado (1) (esp trans). Transformado el espacio y transgredido su carácter, generamos un usuario en las redes sociales, recuperando algunos caracteres simbólicos y construyendo otros nuevos: el derrumbe ya tenía un perfil público, una foto identitaria, y un llamamiento: Una convocatoria abierta al público. Nos propusimos, entonces, tomar el papel de “placeros” de este nuevo territorio, coordinando y brindando el soporte necesario para que las actividades e intervenciones de invitados y autoconvocados se sucedieran de manera espontánea y natural.

Actividades realizadas

Las operaciones sobre el inmueble interpretaron el curso inevitable hacia la demolición, hacia la desaparición física que se había sentenciado para esa casa. Era necesario imaginar el urbanismo, en sentido inverso, en formato de cuenta regresiva, el derrumbe sería un componente de ocupación táctica, habitando antes el tiempo que el espacio
Hicimos un regalo a la comunidad. les regalamos un territorio nuevo. Con esa invitación pública, viralizamos los eventos en las redes, e invitamos a ciudadanos y vecinos y público en general a que se acerquen al derrumbe, a participar con lo propio y con lo de cada uno, en una experiencia colectiva. Fue una experiencia masiva de propulsión cívica y arte urbano. Nos dimos, entre todos, muy intensamente, y durante cinco semanas, una gran cantidad de regalos.
El derrumbe colaboró con la comunidad sumando nuevos vínculos, y fortaleciendo las redes existentes. las redes más orgánicas al sistema de ocupación con las que se relacionaba el experimento.
En términos más amplios, circuló una lógica de regalos, en la que se consiguió, ocupando intensamente un espacio, una manera distintivamente gratuita, de establecer contact_to con los vecinos, siendo frentistas, en una cuadra de llenos, a la que le regalamos una gran ventana. Una ventana hacia el futuro. hacia una ciudad en la que la gestión del espacio se enfoca en la carga programática, en la tracción participativa de la comunidad, en el proceso colectivo de construcción de lo urbano.

Dificultades experimentadas

En función de los objetivos propuestos por el colectivo para la ejecución del experimento encontramos ciertas dificultades para viabilizar el proyecto en una escala mayor, debido a la gran cantidad de tiempo y recursos que demanda la gestión conjunta de un espacio artístico y cultural. Apostábamos a la construcción de un sistema que permitiera poner en comunicación a colectivos interesados en gestionar un espacio y a propietarios de inmuebles ociosos con la voluntad de ponerlos a disposición a cambio de intervenciones y mejoras. La idea consistía en elaborar padrones para ambos ítems y facilitar la generación de ocupaciones consensuadas entre actores. Esto demanda de un apoyo institucional claro a efectos de la obtención de los datos y permisos; y de un convencimiento de las potencialidades de la activación de estos espacios frente a los miedos que surgen ante un tipo de contrato urbano desconocido y desafiante.

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